martes, 3 de junio de 2014

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Javier del Río Alba La evangelización del Perú en tiempo de Santo Toribio de Mogrovejo, Biblioteca Redemptoris Mater 2, Callao, 2008, 593 pp

 

El autor –arzobispo de Arequipa y miembro de la Academia peruana de Historia de la Iglesia- deja bien claro que no es una historia de la iglesia ni de la teología sino de eclesiología sino el estudio de "la noción e imagen de Iglesia que tuvieron los conquistadores y misioneros que evangelizaron a los indios" (p.18) a través de las ideas, la historiografía eclesiástica y las fuentes de la misma tales como los concilios limenses y sus instrumentos pastorales como los catecismos y sermonarios. De igual manera están presentes los teólogos más relevantes así como los documentos civiles (cédulas, ordenanzas, memorias, crónicas…) y religiosos

 

Es la tesis doctoral titulada en principio "La Iglesia naciente en Perú (Aspectos eclesiales y eclesiológicos de la Evangelización fundante en tiempos de los primeros concilios limenses –1551-1600-" en la  Pontificia Universitas Gregoriana, Facultad de Teología, Roma 2001

 Por activa y por pasiva el  autor deja bien claro que busca aportar luces para la  hora presente, "bella tarea de planificar, organizar y participar en la nueva evangelización de nuestro pueblo" (p.27)

La obra se articula en cinco apartados. El primero dedicado a la organización de la evangelización fundante, conceptualizando los términos de "parroquias de indios", reducciones, doctrinas, describiendo la actividad conciliar y sinodal, sintetizando el "corpus limense".

En el segundo capítulo –el más original- se estudia la "noción de Iglesia en la doctrina y en la vida eclesial" desde el entronque trinitario, la centralidad de Cristo y –el punto central- la autocomprensión de la Iglesia en cuanto congregación de todos los fieles cristianos que tienen la verdadera fe y doctrina cuya cabeza es Cristo y su vicario en la tierra el Romano Pontífice. La vivencia eclesial en tres dimensiones ecclesia-imperium, el espíritu evangélico y las formas de comunión. Por último las figuras de la Iglesia en cuanto madre, viña y plantación y grey. Remarca el "equilibrio entre los aspectos societarios o externos de la Iglesia y sus elementos invisibles o espirituales" (p.197). De igual manera, se conjugan las formulaciones eclesiológicas con acento jurídico o apologético con la dimensión pastoral de la Iglesia y su misión evangelizadora, permitiendo presentar a los indios de forma bastante completa el misterio que es la Iglesia como entonces se concebía: "creada por Dios, pero compuesta por hombres; jerárquica y pneumática; una Iglesia constituida por ministerios y carismas, cuya misión es anunciar el Evangelio a todas las gentes e incorporarlas a esta congregación de todos los fieles cristianos que tienen la verdadera fe y doctrina, cuya cabeza es Jesucristo y su Vicario en la tierra el Romano Pontífice "(197-198)

El capítulo tercero se centra en la responsabilidad misionera de los agentes de la evangelización fundante, obispos, religiosos, clero secular y laicos.

En el capítulo 4, "medios de evangelización" se refiere a la pastoral sacramental deteniéndose en cada uno de los sacramentos en particular, así como las devociones y cofradías. Concluye que "no parece justo calificar al cristianismo indiano como una religión mixta o yuxtapuesta; se trató más bien de a expresión de la inculturación de la fe católica a través de formas religiosas autóctonas" p.412

El apartado 5 se dedica a la "evangelización y promoción humana" en cuatro rubros: la dignificación del indígena (erradicación de las idolatrías, elevación humana, promoción de la mujer y la familia), la promoción social (policía y modelación económico-laboral), la cultura (lenguas nativas, educación, arte) y el asistencialismo (hospitales, hospicios, obras de caridad)

Por último señala dos conclusiones bien claras: la recepción de la Iglesia por los nativos en la evangelización fundante y cuatro desafíos para la Nueva Evangelización: la renovación teológica, la renovación litúrgica, la vida en comunidad y la comunicación y misión. Esta preocupación pastoral, latente a lo largo de la tesis, desborda en los párrafos finales cuando el autor exhorta a la Iglesia en el Perú a "participar en la misión evangélica de extirpar el mal…con el bien y con el perdón. La Nueva Evangelización del tercer milenio tiende a la renovación de la entera comunidad eclesial" (p.515)

 

José Antonio Benito Rodríguez