miércoles, 17 de junio de 2015

TRAS LAS HUELLAS DEL SANTO JURISTA

TORIBIO MOGROVEJO EN LA CATEDRAL

Lima 17 junio 2015

La Catedral  Si la catedral es la cátedra del obispo, la Catedral de Lima se convierte en la cátedra de verdad, belleza y bondad desde la que irradia con luz propia la santidad de Santo Toribio, patrono de los obispos de América y el auténtico padre de la Iglesia de América. Desde el momento en que Lima salió a la calle para recibirle calurosamente en su ingreso el 12 de mayo de 1581 aquí en la Catedral, entre el Santo y la Iglesia Mayor de la Ciudad de los Reyes se han ido creando lazos indestructibles. Aquí celebró misa a diario y en días solemnes de fiesta, ordenó sacerdotes, consagró obispos, confirmó, participó en concilios y sínodos, honró a Nuestra Señora de Copacabana. A la Catedral llegaron sus restos mortales un 27 de abril de 1607, traídos a hombros por miembros del Cabildo desde la lejana ciudad de Zaña, donde falleció un jueves santo del 23 de marzo de 1606. Aquí se festejó por todo lo alto su beatificación y su canonización. Aquí, año tras año se ha ido recordando su santidad para seguir su ejemplo, en especial por parte de sus sucesores los cuales le han tributado especial devoción.

La inauguración de la primitiva iglesia levantada por Francisco Pizarro en el solar de la Catedral actual data del 11 de marzo de 1540. El 14 de mayo de 1541 es erigida en Catedral por bula de Paulo III. El 17 de Septiembre de 1543 firmó el acta de erección canónica de su Iglesia,  que por voluntad del Papa Paulo III la designó como titular al Apóstol y Evangelista San Juan. La primitiva catedral de adobe sucedió al templo edificado por Pizarro y la comenzó el arzobispo Loaysa hacia 1550. Se terminó en 1551, medía 260 pies, era toda ella de adobe, excepto la capilla mayor que era de piedra abovedada y fue costeada por doña Francisca Pizarro, hija del conquistador. El citado Arzobispo emprendió la obra de la segunda catedral, dándole mayor extensión y orientándola de este a occidente y no de norte a sur como la anterior. En 1589 Mogrovejo escribía al Rey diciéndole que "no se ha puesto piedra en ella y los cimientos de media iglesia...están a medio estado de mucho tiempo a esta parte". El 2 de febrero de 1601 pudo celebrarse su dedicación, aunque faltase la mitad (portadas y torres), la primera parte de la tercera catedral. Tan sólo el 2 de febrero de 1604, el Santo Arzobispo inauguró la primera parte de la tercera catedral. Ocupaba la Segunda Catedral de Lima todo el frente longitudi­nal de la Plaza Mayor comprendido entre el edificio del Palacio Episcopal y la calle Judíos, con una anchura que no sería mayor de la primera nave transversal de la Tercera Catedral actual. Se alzaba en una sola nave de planta g6tico-isabelina muy alargada, en la que se incorporaba atravesado un gran arco toral que separaba la capilla mayor de la nave de los fieles; y tenía como cubierta una armadura de par y nudillo a dos aguas labrada con madera; y posiblemente contaría con dos puertas de ingreso abiertas hacia la Plaza .Mayor. Se conservan de la Segunda Catedral de Santo Toribio los cuatro tableros manieristas de media talla tallados por Martín de Oviedo para el retablo de la cofradía de San Joseph de los carpinteros, que se conservan en los muros laterales de la capilla actual de esta misma advocación que –según el P. Antonio San Cristóbal- fueron bendecidos por Santo Toribio; y también perdura el gran recuadro tallado de la Adoración de los Magos colocado ahora en la entrada a la Sacristía y que fueron testigos mudos de las celebraciones litúrgicas de Santo Toribio. Del sector catedralicio construido en tiempos de Santo Toribio Alfonso perdura la gran sacristía del Cabildo de los canónigos donde se revestiría Santo Toribio de los ornamentos litúrgicos para salir a bendecir la nue­va obra catedralicia en 1604 .En 1609 un terremoto dañó las bóvedas de la parte construida. Entre 1614 y 1615 se cambiaron las bóvedas renacentistas de arista por bóvedas góticas de crucería. El 15 de agosto de 1622 se celebró la primera Misa en la tercera Catedral terminada. Por fin, el 19 de octubre de 1625 el arzobispo don Gonzalo de Ocampo consagró la catedral y se pudo inaugurar el nuevo templo. El gran problema que se ha presentado a lo largo de la historia ha sido que los diversos terremotos (1609, 1678, 1687, 1690, 1746, entre otros) hicieron estragos sobre todo en las bóvedas, que sufrieron diversas reconstrucciones. El 6 de enero de 1898 se inauguró la Catedral con el aspecto que hoy la vemos. La planta quedó edificada en base a un espacio rectangular, que se distribuye a manera de un tablero cuadriculado en cinco naves longitudinales que corren desde el muro de los pies al testero, y en nueve transversales tendidas de uno a otro de los dos muros laterales alargados, tal como había sido concebida desde sus inicios. En el 2004 –para recordar el centenario del segundo momento con Santo Toribio- se restauró e iluminó.

 a. Capilla de Santo Toribio. En 1729, tras las fiestas de la canonización que culminaron en el 22 de mayo, se trasladaron .las reliquias del cuerpo del Santo a la capilla del Arcediano don Juan Velázquez y Ovando. Esta capilla es la cuarta del lado de la epístola, entrando por la puerta del Perdón, y  fue propiedad del Arcediano de la Catedral y Subdelegado de Cruzada en Perú, Dr. Juan Velázquez (anteriormente estuvo aquí su retablo-sepulcro). A. San Cristóbal nos informa que su retablo de caoba negra de dos cuerpos y tres calles fue traído desde la antigua iglesia de la Recoleta de Belén de la Orden de la Merced. Corresponde al mejor estilo de los retablos limeños de la primera mitad del S. XVIII; destaca la fuerza ascendente de sus cuerpos por el centro del retablo que hace abrirse y curvarse por el centro los elementos arquitectónicos de sus cuerpos, un contraste muy acentuado frente a la rigurosa horizontalidad de los cuerpos en el retablo de san Juan Bautista de Martínez Montañés. En el nicho se ha colocado la imponente imagen de Santo Toribio como padre y pastor, acompañado de sus símbolos característicos: mitra, báculo, cruz pectoral y capa pluvial. Según el Dr. Rafael Ramos Sosa su autor puede ser Francisco Martínez, quien recibe 180 pesos, según contrato con el Cabildo Catedralicio el 30 de abril de 1686, por "una hechura de bulto de vara y tres cuartos de alto de Santo Toribio Arzobispo para su mismo día, pintado, dorado y encarnado con toda su vestidura, ropaje, grabado y báculo y demás adminículos" en estos términos: Ha sido felizmente restaurada en febrero del 2006 por Jaime Rosán, Director del Taller del Arzobispado.

A ambos lados del retablo, sendas vitrinas que contienen por una parte una casulla encarnada del Santo, decorada con la imagen de una ánfora de la que brotan espigas de trigo y flores, una estola del mismo color. En la otra vitrina se muestran dos cáligas o calzado ceremonial episcopal, así como la valona, cuello grande y vuelto sobre la espalda, pechos y hombros, usado por el arzobispo.

Cuelga en el muro lateral el cuadro que los canónigos compraron a la iglesia de Santa Liberata el 19 de enero de 1897, que representa la fachada principal de La Catedral tal como quedó tras el terremoto de 1746, valioso documento gráfico de la catástrofe. La vista de la Plaza Mayor de Lima (1711-15); es uno de los dos lienzos –el primero- votivos que narra el robo sacrílego padecido por la parroquia del Sagrario en el 1711. El segundo representa el desagravio presidido por el Arzobispo Diego Ladrón de Guevara en procesión hasta el parque de Santa Liberata.

Acerca de las reliquias (cráneo, huesos de la columna y extremidades), debido a tan continuo trasiego, por seguridad se han trasladado al Palacio Arzobispal. Este año jubilar, se ha colocado una en el altar principal (Reliquia astilla de vértebra dorsal)

Debido a la veneración profesada por el Cardenal Landázuri al Santo está enterrado en el nicho que él mismo costeó en esta capilla, tras la delicada carta de solicitud al Cabildo. Una lápida recuerda su deseo de restaurar la capilla: "Esta Capilla de Santo Toribio fue restaurada el año del Señor de 1979 en conmemoración del IV Centenario del nombramiento episcopal del Santo, siendo Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Sr. Cardenal Juan Landázuri Rikkets. Pax et bonum". En la lápida de su sepultura figura esta sencilla leyenda: "Emmo. Señor Cardenal Juan Landázuri Rikkets , O.F.M., XXX Arzobispo de Lima y Primado del Perú, 19-12-1913, 18-01-1997. Paz y Bien".

A la entrada hay diversas lápidas que recuerdan los hitos más importantes. Así, una lápida de 23 de marzo de 1906, está dedicada al tercer centenario de la muerte, dando cuenta del prelado reinante, Dr. Manuel Tovar, la comisión organizadora de las fiestas (Manuel Segundo Ballón, Carlos García Irigoyen, Belisario A. Philipps, Ignacio Escudero, Rector del Seminario, José Toribio Polo y Guillermo Basombrío), así como una larga lista de protectores por sus donativos económicos: Arzobispo Manuel Tovar, Supremo Gobierno, Monasterio de la Concepción, Beaterio de Copacabana, Padres de la Compañía de Jesús, Seminario de Santo Toribio, Religiosas del Sagrado Corazón, Enriqueta Bolívar de Soria, Carlos García Irigoyen, Alejandro Aramburu, Belisario Philipps, amador Sotomayor, Miguel Ortiz y Arnáez, Julio Zárate, Jaime Tovar, José M. Samamé, Religiosas de las Descalzas, Convento de Santa Catalina, Santo Domingo, San Agustín, Unión Católica de Señoras, Unión Católica de Caballeros, Universidad Mayor de San Marcos, Consejo Católico del Apostolado de la Prensa, MM. Terciarias de Santo Tomás, MM. De San José de Cluny, Jesús Beltrán de Elías, Carlos M. Elías, Toribio Elías.

 b. Lápidas y recuerdos. El 16 de marzo de 1979, con motivo del IV Centenario de su nombramiento episcopal se colocó lápida conmemorativa con un texto semblanza de su vida, encabezado por su escudo episcopal. Ese mismo año se colocó en otra lápida un texto del Papa Juan Pablo II, pronunciado el 27 de enero de 1979 en la Basílica de Guadalupe, México, en el marco del la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano:Otra efemérides notable fue el Concilio Limense. Otra lápida, ilustrada con un medallón de mármol con su efigie recuerda su patronazgo del episcopado latinoamericano. Su Santidad el Papa Juan Pablo II, por iniciativa del Eminentísimo Señor Cardenal Juan Landázuri Ricketts, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, y a pedido unánime de la Conferencia Episcopal Peruana y del Consejo Episcopal Latinoamericano declaró a Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, II Arzobispo de Lima, PATRON DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO. Roma, 10 de mayo de 1983, Laus Deo.

 c. Ara de Altar en que celebró Misa. La preciada reliquia corresponde al ara de altar sobre la que celebró muchas veces la Santa Misa el segundo arzobispo de Lima, Santo Toribio Alfonso Mogrovejo. d. Capilla de Pizarro. La Primera: capilla recuerda al fundador de la ciudad y la catedral, Pizarro. Aquí estaba enterrada también la hermana de Santo Toribio, Grimanesa. Hay un mosaico del Santo.

 e. Documentos: Actas Capitulares, Consueta, Concilios y Sínodos, Libro de la Visita, Reales Cédulas, documentos sobre su proceso de canonización.  

 f. Sala capitular y sacristía En la sacristía se revestiría Santo Toribio de los ornamentos litúrgicos para salir a bendecir la nueva obra catedralicia en 1604. En la Sala capitular figura su retrato en compañía del retrato de todos los arzobispos; su retrato lleva una hermosa leyenda alrededor que lo dice todo: " Fue muy limosnero, sin reservarse ni aun su camisa, obispo de Lima y padre de pobres".. Su retrato fue hecho por el clérigo pintor Juan Bautista Planeta en 1635, por encargo del Cabildo, y para enviarlo al Papa.

g. En el Museo de Monseñor Alberto Brazzini, cuadro del milagro del agua de Macate, un óleo del S. XIX de Francisco Masías, año 1875, que está siendo reprodu

 h. Capilla del Baptisterio. La primera por la izquierda, justo enfrente de la capilla de Pizarro. En el cuadro Apoteosis de la Iglesia Limeña , imagen de Santo Toribio, junto a Santa Rosa y San Francisco Solano y otros beatos y siervos de Dios peruanos que reciben el homenaje de un ángel que desciende de los cielos y les ofrece una lluvia de rosas. Encima del gran cuadro, en el tímpano de un frontón semicircular se rememora un bautizo y confirmación administrados por el Santo a indios de la sierra y de la selva. El autor del cuadro es el célebre presbítero Matías Maestro.

  i. Vitral en lo alto de la fachada de entrada de la  nave principal. j. Cripta: Están enterrados todos los arzobispos de Lima, excepto Santo Toribio y Monseñor Lissón (que lo está en la capilla de los santos peruanos).José Antonio Benito (ucss.edu.pe; www.arzobispadodelima.org; jbenito@ucss.edu.pe)