jueves, 10 de septiembre de 2015

Alonso de la Peña Montenegro y su Itinerario para Párrocos de Indios, de Rodrigo Sánchez-Arjona, S.J., Revista Peruana de Historia Eclesiástica N° 11, Cuzco-Perú 2008, pp. 83-99.

            Alonso de la Peña Montenegro y su Itinerario para Párrocos de Indios es parte de la tesis doctoral del P. Rodrigo Sánchez-Arjona que presentó en el año 1970, titulada "Los sacramentos de la iniciación cristiana según el Itinerario para Párrocos de Indios", la cual -inédita- se conserva en la Biblioteca de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima,.

            Don Alonso de la Peña Montenegro fue el décimo obispo de la ciudad de Quito, Ecuador. Nació en España en 1596, fue ordenado presbítero en 1632 y en 1653 fue nombrado obispo de Quito. Murió en Quito en el año 1687.

            Estas páginas de la tesis doctoral del P. Rodrigo Sánchez-Arjona nos muestran las dificultades que se encontró el obispo Don Alonso de la Peña  al llegar a Quito en 1653. Tuvo algunos problemas con los jesuitas, los dominicos y con la Audiencia.

Pero lo que más le preocupó fue  la formación del clero secular, que en algunos casos era muy deplorable; se dedicó también con gran esmero a visitar las Doctrinas. Y buscando cómo ayudar a los curas, que se encontraban en la misión en medio de los indios y se enfrentaban con nuevos problemas a los que no se habían enfrentado antes, Don Alonso de la Peña decide redactar un tratado teológico-canónico-pastoral llamado "Itinerario para Párrocos de Indios". Y es interesante hacer notar la gran sensibilidad del obispo hacia su clero, pues en una época en que todos los tratados de teología se escribían en latín, a petición del mismo clero, Don Alonso de la Peña redacta este tratado pastoral en castellano, con el fin de facilitar su lectura práctica, pues muchos de los curas conocían el latín.

Don Alonso de la Peña consciente de que la única forma de cristianizar y humanizar a los indios, los cuales vivían en situaciones inmorales e idolátricas, era que el clero estuviera bien preparado. Pues muchos de los errores en la fe de los indios y en sus prácticas idolátricas estaban en no estar bien instruidos y en el poco cuidado que ponían en ello algunos curas sin espíritu o con poco conocimiento en materia moral.

            Por eso podemos ver que este tratado pastoral no es un estudio científico, sino que por el contrario es algo muy sencillo y humano, pues al mismo tiempo que presenta la doctrina moral de la Iglesia, lo aplica a los problemas reales a los que debían dar respuestas concretas los curas en las Doctrinas.

            Respecto a la recepción de los sacramentos de la iniciación cristiana por parte de los indios Don Alonso de la Peña concluyó diciendo que los indios eran capaces de recibir el Bautismo, pues eran hombres y no animales. Y como hombres han contraído el pecado original y han sido redimidos por la sangre de Cristo. El problema surgió a raíz del descubrimiento de América, pues al encontrar las condiciones y las formas en que vivían los indios, muchos decían que eran animales y no hombres. Y por eso algunos dudaban en administrarles los sacramentos. El papa Paulo III declaró que los indios eran verdaderos hombres.

            Conocer esta obra nos ayuda a descubrir y a apreciar el gran celo apostólico que movió a tantos obispos que vinieron a América. ¡Cómo no pensar en santo Toribio y en tantos otros obispos y misioneros que vivieron santamente desgastando su vida por la evangelización de América! Ojalá que conocer estas obras, algunas como esta inéditas, no sea sólo una curiosidad histórica, sino que nos ayude a despertar el celo por buscar nuevos caminos que nos impulsen a evangelizar a tantos hombres que no conocen a Dios o que han renegado de él.

Leonardo García Giraldo

4° de teología

Facultad de Teología Redemptoris Mater, Lima-Callao